No podía soportar el olor. Su olor. Me lavé las manos por quinta vez pero este parecía hacerse mas fuerte junto ala fragancia artificial de “jazmín del campo” del jabón.
Empecé a frotar, fuerte. Me raspaba, como cuando usaba el rallador para la cáscara de los limones, como cuando usaba mal el cuchillo y tenía un tajo que me moría por cubrir con una curita.
Mis manos solían ser lindas. Solía apurarme para pintarme las uñas, y no para sacarles el color y dejarlas neutras.
No me gusta enojarme. No me gusta cerrar los puños y hacer golpes secos. Si tengo ira interior me gusta poner música fuerte y gritar y bailar como alguien que no sabe bailar, que no sabe cantar.
Me huelo las manos. Todavía lo siento, pero un poco mas lejano. 70% jazmín del campo y artificiales y 30% él.
Será que hay que esperar que se diluya, que se integre.
viernes, 22 de mayo de 2009
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